01 septiembre 2006

Tomar conciencia para recuperar los valores
La siguiente es una nota que leí en clarin de Raul Portal, y que estoy 100% de acuerdo:

Las crisis económicas, sociales y políticas han generado otra: una profunda crisis de valores. Valores humanos que, curiosamente, el último reservorio está en los niños y los animales. Ellos no traicionan, ni envidian, ni odian, y el gran ejemplo es que no dependen de bienes materiales para ser felices. ¿Cómo se puede abandonar a un ser que jamás te abandonaría, ni te cuestiona, ni sabe qué religión tenés, qué ideología o clase social? La crisis también trajo desbordes de todo tipo: familias, comisaría, cárceles, hogares, por ejemplo en MAPA (Movimiento Argentino de Protección Animal) nosotros teníamos pensado tener entre 150 - 200 perros, pero hoy tenemos 1300. Hay que concientizarse sobre la adopción responsable. Trabajo en esto desde hace 6 años, y más allá de lo práctico de mi programa -10 mil reencuentros y más de 16 mil adopciones-, lo principal es llegar a:

- Creación de una raza PP (puro perro). Hemos creado razas y los perros no saben qué son tal ni tampoco les interesa. Los demás perros siempre fueron vistos como porquería, marginados. Deberíamos combatir esta tendencia.
- Practicar la castración (para prevenir la superpoblación).
- Considerar al perro como un miembro más de la familia. No estoy hablando de humanizarlos, pero sí de responsabilidad absoluta con el animal.
- Erradicación de dos palabras: amo y dueño. Concepto nefasto en la historia del hombre, que hizo que, hasta hace muy poco, los hombres fueran dueños de otros hombres.
- Erradicación de los experimentos con animales.
- Eliminación de las peleas de perros.

Recibo muchas críticas que dicen: “¿por qué no te dedicas a los chicos en vez de a los perros?”. Me dedico a los perros y voy a “Un sol para los chicos” en Canal 13, apadrino a instituciones y en la fundación tengo 6 mil chicos. Esto no es o sino y: la vida es una sola y es sagrada.

Una frase de la madre Teresa les cabe a los perros: “yo necesito muy poco, y de ese poco, necesito muy poco”. Ellos no te piden ni balanceado, sólo que le des un poquito de comida y cariño. Si el ser humano viviera una vida de perros seríamos felices en el mundo: no habría ni guerras, ni odio, ni nada de eso.